Fuerzas políticas en Chimborazo: 2020

JAVIER ANDRÉS CHILIQUINGA-AMAYA
12 min readJul 21, 2020

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Sociopolítica

Frente a las elecciones de febrero de 2021 las fuerzas sociales y políticas deben analizar sus condiciones de posibilidad para entrar al sistema político en un contexto de crisis socio-política nunca antes visto a nivel nacional y global. La crisis sanitaria y económica ha puesto en tensión el cambio de timón del gobierno de Lenin Moreno que ganó con un plan de gobierno de continuidad progresista, pero que aplicó medidas de derecha.

Este no es un análisis de las condiciones de posibilidad nacional, aunque haré esto en un futuro próximo, sino que constituye una fotografía de la situación actual en la provincia de Chimborazo. Tampoco es un ejercicio envestido de objetividad, al contrario, tiene la intención de mostrar la distribución de fuerzas bajo la dicotomía derecha-izquierda para plantear un escenario de mayor éxito para el espectro socio-político del centro a la izquierda.

Primero, una comparación entre las dos últimas elecciones seccionales: 2014 y 2019.

En 2014, los votos se fragmentaron entre nueve (9) organizaciones políticas (OP), las tres primeras OP sumaron el 62.3%: AP, Avanza y Amauta Yuyay, mientras el 37.7 se dividió entre las restantes seis OP, pero de entre ellas destacan: CREO, SUMA y PSP. Sin ninguna duda el correísmo encabezó la apuesta local, aunque es muy importante mencionar que la fuerza la tuvo en alianza con PK por el vínculo que mantenía con Mariano Curicama.

Gráfico 1. Resultados electorales para la prefectura de Chimborazo, 2014.

Fuente: Elaborado por el autor a partir de las bases de datos del CNE.

Alianza País, en su versión correista al año 2014, fue la primera fuerza y a la cabeza tuvo a Mariano Curicama como el líder que acumuló bien los ánimos y recursos políticos, obtuvo el 42.5% de 254.660 votos. En 2019 en cambio la misma alianza AP-PK y un movimiento más retrocedieron al sexto (6°) lugar en la contienda electoral. ¿A qué se debe tamaña derrota a nivel provincial? Una de las explicaciones es que el liderazgo y recursos acumulados por Mariano Curicama ya no se concentraron en AP porque él promovió su propia organización política: MINGA. OP que, si bien no llegó primera en 2019, sí obtuvo el segundo lugar con el 19.8% de un total de 259.538 votos. No se puede dejar de mencionar que, si bien no ganó debido a que la población se había fatigado de su figura debido a que arrastraba supuestos casos de corrupción, aún mantiene su fuerza en los territorios porque MINGA sí alcanzó varias concejalías y juntas parroquiales, de manera que los recursos no los ha perdido, sino que se han estado acumulando en los sectores rurales donde mantiene su fuerza. Otra de la clave del éxito de Curicama tiene que ver con la construcción de obras que en antiguos líderes de PK solo eran discurso, pero que con Curicama se hicieron realidad.

La segunda fuerza en 2014 estuvo formada por una alianza entre Avanza y Amauta Yuyay, paradójicamente obtuvieron el mismo porcentaje que MINGA ha conseguido en 2019: 19.8%. En ese año Avanza era un fuerte aliado de AP o mantenía su línea política, aunque en 2014 el éxito de Avanza en Chimborazo también se explica por la influencia de los pastores evangélicos asociados al movimiento político Amauta Yuyay, las iglesias en el sector rural tienen un impacto considerable en el comportamiento del voto en Chimborazo. De hecho, un líder vinculado a dichas iglesias, Pedro Curichumbi, hoy es asambleísta por la provincia, su organización política sabía que haber acumulado esos votos en la lid electoral del año 2014 le llevarían fácilmente a la Asamblea en 2017, y así fue. Sin embargo, en esas elecciones nacionales Amauta Yuyay cambió de aliado y fue CREO quien le permitió escalar al legislativo. Los sectores religiosos evangélicos no se mueven por ideología de derecha o izquierda, su motivación es pragmática y seguramente harán lo necesario para llegar de nuevo en febrero de 2021. Por otro lado, Avanza pasó de constituir la alianza de segunda fuerza en 2014 al octavo (8°) lugar en 2019, un retroceso considerable, más cuando hizo alianza con dos OP más que sí están en el espectro de centro izquierda: los socialistas y Unión Ecuatoriana, entre los 3 alcanzaron el 3.8% de 259.538 votos.

Si Avanza no logra una alianza que le sume los votos que no tiene podría ir aún más abajo en la lista de las 11 OP, está octavo y en lo local no ha mostrado un ejercicio de acumulación sino estar en la retaguardia. También está la opción que en la presidencia ponga un cuadro que acumule lo suficiente para que arrastre votos en la provincia, pero el pasado de sus líderes hace que los dirigentes nacionales no estén motivados a poner su nombre en dicha OP.

No conviene seguir analizando el año 2014 sino continuar con las principales fuerzas locales del 2019 porque nos dará más luces sobre cómo se ha distribuido el voto actualmente.

El primer cambio es el número de organizaciones políticas que entraron a competir por la prefectura, de 9 en 2014 a 11 en 2019. De entre ellas destacan dos: Coalición de los Comunes como movimiento joven, con profesionales con experiencia tanto en dirigencia estudiantil, barrial y de género, así como en su vida profesional con emprendimientos que han creado empleos en el centro del país. Por otro lado, MINGA que ya revisamos sus votos, pero que al contrario que Coalición que no tiene más que los fondos y voluntad de sus propios miembros, la OP fundada y liderada por Mariano Curicama ha sabido acumular y movilizar muy bien los recursos de toda su experiencia en gestión pública y de varios inversores privados asociados a capitales locales.

Gráfico 2. Resultados electorales para la prefectura de Chimborazo, 2019.

Fuente: Elaborado por el autor a partir de las bases de datos del CNE.

El movimiento “Cambio”, con la lista 62, fue el ganador de la prefectura en 2019, pero a diferencia de Curicama con AP-PK que obtuvo el 42.5% en 2014, “Cambio” ganó con el 25.1% de 259.538 votantes, es decir, con solo ¼ de legitimidad electoral y casi con la mitad de lo que Curicama había acumulado cuatro años atrás. Si bien este movimiento carece del apoyo del 75% de los electores de Chimborazo, supo movilizar muy bien otro tipo de recursos. El candidato de dicho movimiento fue concejal por el movimiento Avanza en 2014 porque aún no tenían una OP propia, su padre Israel Cruz llegó a la Asamblea en 2017 ya con la OP “Cambio” y en alianza con SUMA. Su estrategia familiar: acumulación y movilización de recursos para alcanzar más fuerza política en el sistema electoral, logró que después de alianzas en territorio para alcanzar juntas parroquiales y una fuerte inversión de capital él llegue a la Prefectura en 2019. “Cambio” como organización política tiene potencial de crecimiento porque sabe mover los recursos del sistema político y las instituciones locales para sus cuadros familiares.

Tabla 1. concejales por la circunscripción 1 en Riobamba, 2014.

Fuente: Elaborado por el autor a partir de las bases de datos del CNE.

Tabla 2. Asambleístas ganadores por Chimborazo en 2017.

Fuente: Elaborado por el autor a partir de las bases de datos del CNE.

Ya vimos que MINGA es la segunda fuerza en la provincia al 2019, el tercer lugar lo ocupa CREO en alianza con Sociedad Patriótica y un movimiento más que acumulan el 15.2% de los votos y el cuarto lugar lo tiene el movimiento del actual alcalde: Renovación, en alianza con el PSC, Amauta Yuyay y uno más. El ganador en medio de todos los cambios es el PSC que pasó del noveno (9°) puesto en 2014 a cuarto (4°) gracias a esta alianza.

Una mención especial merece aquí un outsider político que causó revuelo en las elecciones a la Alcaldía de 2019, Jhon Vinueza apostó a una campaña que puso en primer plano a la ciudadanía, sin mayores recursos y poco apoyo de las OP alcanzó el segundo lugar en la competencia por los votos a la alcaldía de la capital de Chimborazo. La estrategia mediática basada en redes sociales y un discurso de rechazo a los políticos tradicionales tuvo un buen desempeño en los sectores urbanos, pero su debilidad estuvo en las zonas rurales donde el trabajo de los recursos movilizados por la institución metropolitana dio el triunfo a Napoleón Cadena. Y de nuevo, el movimiento de los pastores Amauta Yuyay también tuvo muy bien efecto en el apoyo a Cadena en la zona rural, como vemos este partido con base religiosa no se mueve por ideología sino por pragmática del éxito en las urnas para alcanzar poder político.

Tabla 3. Dos primeros lugares a la alcaldía de Riobamba, 2019.

Fuente: Elaborado por el autor a partir de las bases de datos del CNE.

Una vez identificadas las fuerzas principales, el segundo paso es identificar las subalternas, aquí hay dos bloques. El primero es funcional al poder de las cuatro fuerzas de derecha (CREO-PSC-MINGA-CAMBIO) que, si bien no son leales a estas OP ni sus alianzas estables se mueven al ritmo de los lazos del éxito electoral y redes de amistad, compadrazgo y negocios (Amauta Yuyay es el mejor ejemplo de ello), están atentos a cuáles son los acuerdos nacionales de las élites de derecha para mover sus cuadros hacia la alianza que más éxito les otorgue.

En segundo lugar, están las OP de izquierda que mantienen su condición subalterna en torno al éxito electoral macro, pero guardan cierta influencia en zonas locales, ejemplo de ellos son: PS-FA, ID, UP (ex — MPD) y el nuevo partido Coalición de los Comunes. De hecho, este último movimiento obtuvo más porcentaje de votos (4.5) que la alianza de izquierda entre ID y UP (2.8) y la de socialistas, Avanza y Unión Ecuatoriana (3.8).

Mención aparte merece Centro Democrático que obtuvo solo el 2.6% de los votos y que en 2019 no fue en alianza a la Prefectura, pero su carácter pragmático también está en su eje de acción, a la fecha actual esta OP ha hecho alianza con el correísmo para salvar las candidaturas de los seguidores del ex presidente Correa a nivel nacional, pero no se tiene claridad de sus movimientos locales. Otra mención merece Justicia Social que obtuvo el 6.7% sin éxito en la prefectura, pero con base asegurada en los territorios locales.

Ya sabemos cuáles son las fuerzas ganadoras en Chimborazo y es muy probable que las élites actuales mantengan cierta fuerza para ganar votos.

Los perdedores son el PRIAN que en las tres últimas elecciones en Chimborazo no ha superado el 2% de votos ganados, el PRE y el movimiento oficialista AP porque pasó de ocupar el primer lugar en su versión correista a ser abandonado por gran parte de su electorado debido a su migraron hacia MINGA de Curicama. Lenín Moreno fue el segundo candidato más votado en Chimborazo en 2017, Lasso estuvo por delante de él y Cinthya Viteri lo siguió, aunque con una importante diferencia. Hoy en día, cuando AP es una OP muy débil, su principal ex-líder fue desplazado y Moreno que ganó la presidencia llegó con un programa progresista y aplicó medidas que correspondería a un plan de gobierno de CREO, ha perdido muchos de sus votantes, gran parte de ellos apoyará al candidato del correísmo y el resto a otra tendencia progresista del centro a la izquierda. En la provincia del centro del país están en juego 79.603 votos perdidos por AP, que no es poca cosa y si se sabe captar muy bien pueden jugar a favor o bien de la derecha o las fuerzas progresistas.

¿Qué le depara a la izquierda en Chimborazo?

Como vimos en líneas anteriores, a nivel local Coalición de los Comunes ha sabido captar más simpatía que los partidos de izquierda tradicionales, pero no le alcanzó para constituirse en una verdadera fuerza política, es una fuerza en potencia en el centro del país.

Si las fuerzas subalternas que mantienen una línea ideológica coherente hacia la promoción de derechos y justicia social se unieran en coalición sumarían entre sí el 11.1% de votos seguros que muestran los datos; por otro lado, no se puede dejar de observar que la alianza entre PK y AP en 2019 promovió una candidatura de un personaje vinculado a las grandes propiedades de tierra yendo contra sus ideales progresistas de izquierda y solo alcanzó 6.3% a nivel provincial y mucho menos en la zona urbana, esos votos están huérfanos y deben ser atraídos también por el espectro de la izquierda, así sumarían entonces 17.4%, cifra nada desdeñable y una base lo suficientemente fuerte para competir con las cuatro fuerzas de derecha en la provincia. Esto solo podría ocurrir si existe un verdadero interés por quitar a la derecha su fuerza en el centro del país.

¿Qué condiciones de posibilidades existen para que esto ocurra? PK está en una disputa interna a nivel nacional entre sus líderes étnicos: Pérez, Iza, Vargas y quizá dos más. Si uno de ellos logra cohesionar sus fuerzas podría ser la primera vez en mucho tiempo que PK rebase el 4% de votos a nivel nacional, pero sigue sin ser una alternativa ganadora a la derecha. Si en cambio no llegan a un acuerdo y sus contradicciones internas se agudizan aún más, su acumulación de legitimidad nacional alcanzada en octubre de 2019 se desvanecerá entre sus dedos y los liderazgos quedarán más debilitados y a nivel nacional volverán a obtener menos del 4% de votos.

Otra opción válida es la de quitar votos a la derecha. A nivel nacional CREO no ganó en las elecciones, pero su pacto con el gobierno de Moreno hizo que en la práctica su programa de poder se haya aplicado y que el país esté en la situación actual, todo mensaje que muestre equivalencia entre AP morenista y Lasso servirá para restarles votos. El PSC no mantiene una fuerza por sí mismo en Chimborazo, sino que depende de sus alianzas con los caudillos locales en el poder, es más, su relación no es orgánica con las organizaciones políticas, sino que dependen mucho de los acuerdos con su líder histórico Jaime Nebot, él ha sido muy criticado por los líderes locales después de su comentario sobre los indígenas y los serranos en general cuando el gobierno de Moreno se trasladó a Guayaquil y él expresó a los medios nacionales “mejor que los indios se queden en el páramo”, mostrando su desprecio total hacia los serranos y su mirada etnicida y utilitarista sobre los líderes de la sierra. Y aún hay más, él mismo está organizando las posibles candidaturas de manera personalizada y por fuera de la estructura organizacional del PSC, es decir que sus propias acciones pueden jugar en contra de su OP. Si cometen un movimiento en falso y caen en posición adelantada podrían perder aún más votos de los que octubre de 2019 ya les restó.

Por último, está la tendencia correista que aún tiene mucha resistencia en Chimborazo por su pasado de negocios durante su década en el poder. La conciencia colectiva no lo olvida y tampoco perdonará. Sin embargo, su fuerza en Guayas, Manabí y Pichincha los pone en el mapa por su capacidad de veto a nivel nacional, y no hay motivos para creer que no tengan cierto impacto en Chimborazo y toda la sierra centro. Además, ya cuenta con un aliado con estructura política para salvar la cancelación de Fuerza Compromiso Social, Jimmy Jairala ha salvado al correísmo por medio de su OP Centro Democrático.

Conclusiones

· Chimborazo tiene entre sus cuatro principales fuerzas a OP de la derecha (CREO, PSC, MINGA, CAMBIO), estas han sabido captar el voto por medio de alianzas con caudillos locales que tienen bajo el brazo sus organizaciones políticas como plataforma de negociación para los acuerdos con los partidos nacionales.

· Los puntos neurálgicos de la distribución del voto están en las OP pragmáticas que buscan el éxito electoral para llegar al poder político y que no mantienen una línea ideológica clara ni estable para su participación en el sistema político, los casos paradigmáticos son Amauta Yuyay y Centro Democrático.

· La izquierda tiene una oportunidad en el debilitamiento de la principal fuerza política de la década correísta: AP. No confundir con Correa, él sí conserva su fuerza. Además, si construyen una estrategia para captar los votos de la derecha tienen aún más posibilidades. Los votos de derecha no son orgánicos, sino que dependen de los acuerdos entre los caudillos que negocian entre élite local y élite nacional.

· La izquierda necesita pasar de un discurso de unidad a un baño unificado de estrategia pragmática sin abandonar principios, es la única vía para quitar la hegemonía a la derecha local. Cualquier intento de romper ese proceso será jugar a favor de la derecha, es como jugar cuarenta (40) y que tu pareja juegue en contra: van a perder. El caso paradigmático es PK porque su división interna pone en juego la estabilidad de una fuerza en potencia a nivel local y nacional.

· El espectro de izquierda debe poner a todos sus cuadros a competir entre sí para elegir a uno solo que acumule la fuerza que frene a la derecha en la provincia. No se trata de una propuesta ideal de unidad, es un imperativo pragmático para emplear la guerra de movimientos y la guerra de posiciones para enfrentar a los grandes números.

Sociopolítica

Análisis y estrategia basada en datos

Javier Chiliquinga Amaya

20.07.2020

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